Te seguire buscando...

El cielo no podía retener más tantas estrellas, ya algunas comenzaban a desprenderse cayendo a gran velocidad. No había forma de clasificarlas, más que en super gigantes, gigantes, gigantes luminosas o menos gigantes...
Esa noche las estrellas en su conjunto robaban todo el protagonismo a la luna, estaba toda celosa pero igual bastaba para reflejar las olitas del lago.
- Simón ayúdame por favor a buscar una estrella entre las demás estrellas.
- ¿Que? ¿Y como es esa estrella papá? –contestó asombrado y con preguntas Simón.
- No lo sé muy bien, solo la conozco de mis sueños. Es preciosa, más o menos de este tamaño -mostró con sus dedos índice y pulgar que tan grande era.
- Pero papi... son un montón, no nos alcanzaría la vida para encontrarla.
- Si no empezamos no sabremos nunca... Ves ahí, ¿esas tres en fila?
- Si si como no verlas, son tan brillantes como un diamante. –dijo el niño ya seducido por la propuesta.
- Bueno esas son las Tres Marías... de la estrella del medio para la izquierda busca vos y para el otro lado busco yo, ¿si?
- ¿Y para que buscamos esa estrella, papá?
- Porque para encontrarla tenemos que estar muy atentos...
- Si, pero es como buscar una aguja en un pajar...
- Quizás hijo, lo que importe no sea encontrarla sino la búsqueda en sí...