Yo quiero recordarte como a una persona que trabajó a destajo por tener una sociedad más
justa y más igualitaria. Así lo dirán las páginas que la historia tiene
reservadas para vos. Y aunque así no fuera, los logros o derechos conquistados quedan
en poder de un pueblo, en la memoria de quienes por primera vez pudimos acceder
a ciertos beneficios que antes eran solo de unos pocos.
Como vos decís, no fue magia,
recuperar YPF, Aerolíneas Argentinas, Nuevos Ferrocarriles Argentinos, los
fondos de los jubilados, crear Arsat, AUH, AUxE, Procrear, conectar, el
calendario de vacunación, Ley de comunicación
audiovisual, apostar a la política de derechos humanos e igualdad de género entre
otras tantas conquistas que cualquiera que haya caminado un barrio puede ver
con total claridad.
Nadie puede echarte en cara una
sola medida que haya dado la espalda a aquellos que menos tienen, los intereses
que se tocaron, no fueron esos justamente, fueron los intereses de los
poderosos, esos que nadie se animaba a tocar. Uno a uno y hasta donde te dio el
tiempo los fuiste encarando, con todo el valor que te caracteriza, resistiendo
los embates de todo ese poder establecido, tapas y tapas de diarios has
soportado, mentiras de todo tipo, tamaño y color. Pero aun así jamás te
dedicaste a tirar rabonas para la tribuna, aun así seguiste trabajando para el
bienestar general de todos los que habitan el suelo argentino.
Fueron 12 años de construcción ininterrumpida,
donde Argentina supo ser punta de lanza en el mundo por su política financiera
abocada al desendeudamiento, proceso por cierto que se hizo sin ajuste, los números
cerraron pero con la gente adentro. Hiciste patria, creaste soberanía, abriste
caminos pero fundamentalmente sembraste semillas que ya están dando sus frutos.
Un apuesta al trabajo genuino, a
la industria nacional, al consumo interno, a la recuperación energética, a la
infraestructura para ganar en competitividad, a la cultura y el deporte, al
desarrollo con inclusión, a la integracion latinoamericana, a la lucha diplomática, a la invitación pacífica e incesante de dialogo por la soberanía de
nuestras Islas Malvinas.
Porque nos enamoraste, nos
convenciste y nos hiciste sentir orgullosos de este rumbo de país, nos
devolviste las ganas de hablar de política -aunque algunos renegaban de ello-. Es imposible defender intereses y no
confrontar con nadie, simplemente porque muchas veces esos intereses son
controvertidos y no queda otra que elegir a quien defender.
Y aunque aùn hoy lamente la conformación
de las candidaturas de cara a estas últimas elecciones primarias, y un sinsabor por cierto destrato con quien
para mí era EL candidato para la continuación por esta senda, hablo de Florencio Randazzo, te sigo bancando,
porque así es el amor. Cuando se quiere a alguien se lo hace con defectos y
virtudes, cuando acierta y cuando no también.
Porque naci en medio de una guerra, porque creci en la nefasta decada del 90, y porque fui papá en tu presidencia. Porque tengo esposa, hermanos, muchos familiares y amigos, muchos podrán
defenderse por sí, pero otros pasaran rápidamente a la vereda de los olvidados.
Te prometo que voy a estar donde sea necesario para no dar un solo paso atrás y
defender todas las conquistas que tanto nos costaron.
Gracias por tu entrega, por no
permitir que otros, que no fueron elegidos por nadie, quieran fijar tu agenda,
gracias por darle voz a quienes no eran invitados más que a pagar la fiesta de
otros.