Triatlón Necochea

Más de un año preparándome para este momento. Muchos muchos entrenamientos, tantos que en un momento resultaron ser una carga. "Tengo que hacerlo" me decía para mí. Pero...  ¿Con que razón? Si yo empecé a correr porque me permitía estar a solas conmigo y hoy casi no me reconozco.
Entonces ¿Para qué vine a someterme a semejante exigencia física sabiendo de antemano que deportivamente estaría entre los últimos? Vine, libre de presiones sin más expectativas que poder disfrutar de un evento deportivo, al lado de verdaderos monstruos de las tres disciplinas, también para poner en valor un arduo año de trabajo, pero fundamentalmente para descargar ese enojo que involuntariamente se apodero de mí. Sentí que debía exigir mi cuerpo hasta dejar desnuda un alma que ahora necesita ser refortalecida. Creo que es tiempo de eso, y esta competencia y esta crónica opera de punto de inflexión. Creo que por atender lo superficial, la preparación en lo físico, me olvide de mí y de mi esencia en el camino.
Acompañado como siempre por mi fiel familia estuvimos bien temprano en la mañana del domingo en Necopesca Club, donde se disputaba la 3era fecha del torneo de la Federación Bonaerense de Triatlón.
Retiro el kit, mirando azorado con ojos de debutante todo a mi alrededor. "Miraa Flavio Morandini", le dije a mi compañera en la previa quien por cierto término por ser el ganador de la prueba. Ahh para para, me soplan por la cucaracha que lo habrían penalizado con dos minutos por no usar gorra de natación... El ganador fue entonces el marplatense Christian Carletto.
Caminando nos alejamos hacia la largada para la etapa de natación, 750 mts por un movidito rio Quequen. Al menos era cuesta abajo y aunque me costó adaptarme a su oleaje (y aunque tragara alrededor de 50lts de agua) sortie, creo, positivamente la etapa. Tras una transición, lenta pero ordenada salí a pedalear tranquilo pensando en el consejo de Lucas Barbetti de que no me desesperara en la bici. El viento no favorecía y debía llegar con resto al pedestrismo donde tenía más probabilidades de recortarle un poco a esta carrera con uno mismo.
Me calce las zapas y salí con ganas a la última etapa. Al fin pude volver a experimentar esa magnífica sensación de correr con resto y no arrastrándome como una víbora...
No sufrí. Y sí que disfruté. Era mi único objetivo y lo cumplí con creces...







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