No a la baja

"Los pibes no necesitan garrotes, palos ni rejas. Necesitan abrazos, mimos y oír cosas lindas.
No necesitan encierro, sí necesitan poder contar estrellas. No nacen con pistolas, nacen con esperanzas, aunque ellas muchas veces las pierdan antes de empezar a hablar. No son peligrosos, ellos están en peligro. Violencia es dejarlos a la vera del camino, sin techo, ni nada para morfar, con frio y sin juguetes".






Antes el Ministro de Justicia, ahora la de Seguridad reavivando un fuego que parecía apagado. Nuevamente a la carga con bajar la edad de punibilidad, cuestión que alerto a muchos que caminamos por la vereda de enfrente o por la misma pero exactamente en la dirección contraria en materia de Derechos Humanos.
Denota una utilización política de un tema extremadamente sensible en un año caliente electoralmente hablando, me suena más a una rabona para la tribuna que una solución sobre el fondo del asunto. Para abordar el tema necesariamente hay que hablar de otros temas también vinculados a los niños, niñas y adolescentes, para que el hilo no se corte siempre por lo más delgado.


  • Con lo cual hay que poner sobre la mesa una mala (por no decir pésima) formación de los polis en DDHH, casos cada vez más alarmantes de gatillo fácil y de detenciones arbitrarias. Porque se persigue a los pibes por su aspecto, por su barrio en definitiva por prejuicios.
  • Jueces que, indistintamente de si se baja o no la edad a la que un niño resulta punible, toman muchas veces medidas arbitrarias, como separarlos de su familia biológica desde muy pequeños en vez de jugársela por lo que debieran, esto es exigir al poder ejecutivo de turno que garantice los derechos básicos insatisfechos (casa, salud, educación y trabajo para los padres).
  • Falta de recursos económicos y una cuota importante de voluntad política para la real implementación de la ley 13.298 de Promoción y Protección de los Derechos del Niño, Niña y Adolescentes, para el caso de la Provincia de Bs As. Los avances fueron significativos en el orden legislativo ahora falta ponerlo en práctica. Mucho se hizo pero mucho más lo que falta.
  • Los medios de comunicación y su rol como formadores de opinión, el tratamiento que realizan en temas vinculados a la niñez en riesgo o a la “peligrosa juventud”. Estigmatizan, señalan, magnifican y espectacularizan. Ponen a los pibes en el foco de la tormenta, no solo eso sino que deja piedras bien plantadas para que el ciudadanos de a pie tropiecen sin darse cuenta. El problema no son los pibes, el problema es la pobreza, la exclusión y el abandono. Hablan de menores y no de niñxs, esa es la “diferencia” entre nuestros hijos y los chicos de calle, como si existieran pibes de primera y de segunda, con derechos para unos y para otros.
  • La política criminal y los delitos contra la propiedad. De pronto, y no sé como llegamos a este punto de involución en el mundo, donde es más importante cuidar la propiedad privada que a las personas mismas. ¿Desde cuándo se trabaja en las consecuencias y no sobre las causas que originan los hechos delictivos? ¿Porque tenemos una policía preparada para perseguir al ladrón de celulares y no a los que participan del delito organizado como la trata, el narcotrafico o la evasión impositiva? Aunque ambos son delito las cárceles están super pobladas de ladrones de gallinas y muy pocos de guante blanco que –sin culpa ni remordimiento - hambrean y excluyen a nuestro pueblo mas necesitado.
  • Estadísticamente es casi insignificante (sobre el total) el número de delitos graves cometidos por pibes de 14 a 16 años. Desde ya que si hablamos de delitos que atenten contra la vida o la integridad sexual, una vida es siempre grave y merece todo el respeto, fundamentalmente frente al dolor de las familias de la otra cara de la moneda, la otra víctima. Pero que el árbol no nos tape el bosque y nos lleve a tomar decisiones desacertadas, recetas con olor a viejo con resultados también rancios.
  • Por último, los derechos no pueden ser nunca regresivos. Este fundamento es más de orden jurídico pero de importante connotación practica. Nunca para atrás, nunca menos.
Los pibes no necesitan garrotes, palos ni rejas. Necesitan abrazos, mimos y oír cosas lindas.
No necesitan encierro, sí necesitan poder contar estrellas. No nacen con pistolas, nacen con esperanzas, aunque ellas muchas veces las pierdan antes de empezar a hablar. No son peligrosos, ellos están en peligro.
No son violentos, porque violencia es dejarlos a la vera del camino, sin techo, ni nada para morfar, con frío y sin juguetes.

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