Voy para alla...

-Que te pasa pequeñita... ¿te puedo ayudar? -Le dijo el guardián de plaza. Histórica figura que, a buena hora, resurgió en la ciudad.
-Nada, nada ya se me va a pasar. Ya casi no duele... -dijo la joven con cara de temerosa. Sentada en el banco de plaza, con los codos apoyados sobre sus rodillas y con ambas manos se tomaba la cabeza.
-Que es lo que no duele -contestó el placero vestido con pantalón verde y campera de distintas tonalidades de verde con la leyenda de Municipalidad de La Plata en la espalda.
-Nada, nada no importa. Dijo aunque con sus ojitos pedían a gritos ser auxiliada.
-Señorita o me dice que le pasa y veo si la puedo ayudar o directamente llamo a la policía -insistió el voluntarioso hombre, a esta altura estaba más que preocupado.
Esta jovencita que no tenía más de 16 o 17 años estaba ensangrentada en sus entrepiernas, sangre ya casi seca en ambas botamangas. Se ve que ha cargado con esta dolencia un largo rato.
Tenía una cara de pánico como aquel que se topó con la muerte a la vuelta de la esquina.
¿Será un tiro? ¿ Será un accidente? ¿Quizás fue una violación? No me imagino que puede ser, pensaba el empleado municipal, desconcertado sin saber que hacer.
-Por favor yo sólo quiero ayudarla. Insistió el voluntarioso empleado municipal que a esta altura le había colocado sobre los hombros su camperon para que se proteja un poco del aire fresco que el sol ya no podía disimular. Otro tanto para taparle la gran mancha de sangre.
-Llame a este número por favor. -Dijo, la joven mientras le paso su celular ya con el numero. Es una doctora de la salita, ella me va a ayudar.
El guardián de plaza marcó el número en su celular... ahí llama. -Dijo
-Pasame -dijo la joven temblequeando
-Hola Dra. Vanesa?
-Sí, quien habla?
-Soy la Marisel ¿se acuerda? Usted me atendió en la salita. Que le dije que no quería ser mamá, que no estaba preparada todavia.
-Ahh si, ahora me acuerdo. ¿Como estas? ¿En que puedo ayudarte?
-No estoy muy bien... me acabo de hacer un aborto. Pero me parece que algo no esta bien.
-¿Que aborto hiciste?¿Porque decís eso?
-Porque no me para de sangrar por ahí abajo y me duele mucho mucho. Me dijeron que ahí ellos no tienen lugar para que me quedé internada. -dijo con tono de desesperación. De verdad lo estaba.
-¿Estas solita? -Pregunto la doctora.
-Si y no sé donde ir o que hacer.
-Donde estas, te mandó una ambulancia ya mismo.
-En plaza España con el guardián de plaza.
-Pásame con el.
-Hola doctora ¿Que hago?
-Vamos a hacer lo siguiente. Recuestela que en 5 minutos debería estar ahí la ambulancia. Voy para allá.


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