SANTOS LUGARES

A unos pocos metros de donde nació y vivió Ernesto Sábato, un pintoresco barrio denominado ni más ni menos que Santos Lugares. Dentro del cuadro de estación que lleva el mismo nombre se ubica la Subgerencia de Infraestructura de la línea ferroviaria San Martín.
En tales oficinas una sana costumbre es que los primeros en llegar, después de Eduardo en adelante "el largo" son el subgerente y los tres coordinadores jerárquicamente por debajo del primero. En total son unas 25 personas son las que laboralmente se desenvuelven sin contar al seguridad y asador de los viernes "nube negra". Sólo dos mujeres realizan tareas administrativas lo cual indica un bajo porcentaje de ellas.
-Buen día cómo le va Roberto -dijo “el largo”.
-Bien -contestó aquel fríamente. Solía arrancar de menor a mayor, pues a media mañana de tanto en tanto empezaba con las bromas. Algunas veces en persona y en muchas otras se valía de alguno de sus dependientes, como para no perder -tanta- autoridad.
-¿Lo de siempre? Continuo “el largo”. Una característica de este es que era muy atento. Tanto como sus dos metros y piquitos de altura.
-Si por favor.
Sólo un par de minutos más tarde no más, el jefe ya tomaba su café con leche. Leche de botella, que era beneficio de pocos. Eso no respetaba jerarquía alguna sino a quien le cayera en gracia “al largo”. Para el resto había leche en polvo (preparada en la misma botella que la auténtica), tan bien preparada que las víctimas no se daban ni cuenta.
La oficina, a pesar de ser una área neurálgica de la línea ferroviaria, gozaba -hasta aquí- de una armonía laboral en el ambiente fácil de percibir tanto por propios como extraños.
Ferroviarios ellos, muchos ingenieros, por ende todo era muy metódico, ordenado, cada cosa tiene su lugar, los horarios de almuerzo, llegada y salida. La rutina, como los trenes, bajo la lupa de la regularidad y el cumplimiento.
Ese jueves, Lucas Lagos antes de almorzar extrañamente pediría a su coordinador poder retirarse antes. Acusó un problema de índole personal y a juzgar por su cara algo importante acababa de pasarle. Se fue sin comer, tan rápido que no saludó más que con un gesto y ni la campera alcanzó a ponerse pese al frío que hace a principio de Junio.
Almorzaron, en grupos como siempre. Largo 14.32hs como cada día saldría a tomar el tren sentido a Retiro donde previó a terminar su jornada laboral repartía correspondencia en la sede central de la empresa.
Nube negra finaliza su día a las 19hs, quizás momentos antes si es que Dalma y Estrella acababan de limpiar las oficinas antes. Ellas comenzaban a las 17h cuando no quedará nadie, o a lo sumo con alguno que se quede post hora. Dalma, soltera sin hijos, cantante amateur de cumbia santafesina, vive a sólo 60mts de la estación de muy buen carácter. Estrella por el contrario tiene de linda lo que no tiene de simpática. Ambas muy trabajadoras y desde hace más de dos años hacen sin problemas sus quehaceres laborales. Ese día Estrella se fue antes, Dalma sola limpiaria el despacho del subgerente. Aún así las dos llegaron al mismo horario a sus casas.
Nube negra se disponía a cerrar cuando por la espalda le apoyan algo a la voz de dame todo lo que tenes... resultó ser un dedo de Pablito Senna que solía hacer ese tipo de bromas.
-que haces! ¿Me queres matar de un susto?-dijo nube negra
-Jajaja tendrías que haber visto tu cara. -Menos mal que sos la seguridad del lugar -Respondió Pablo.
-Un día te voy a pegar un tiro.
-Si no tenes pistola vos...
-Déjame pasar al baño -dijo Pablo
-Uhh no perdemos el tren y el próximo viene en 15 minutos.
-Bueno vamos. Aguanto hasta Retiro.
Ya arriba del tren nube negra le pregunta:
-¿que haces por acá todavía?
-Fui a visitar a mi mama, vive por la Langeri antes de llegar a la Av. San Martín.
-Ah mira vos, no sabía que eras de por acá.
-Si si. Crecí en este barrio de ferroviarios. Desde los 13 años que nos mudamos acá, hasta que me fui a vivir con mi novia hace dos años.
-La estirarse bastante-dijo nube negra mientras lo miró y desató la risa.

*          *          *

Al día siguiente como cada viernes, de la estación saldría humo de carbón, en la parrilla había muchos cachitos de carne y algún que otro chorizo. Cada uno se llevaba o le encargaba “al largo” que le compre lo que iba a comer. A media mañana este último recorría los escritorios preguntando si alguno quería algo de la carnicería.
-Yo -dijo Lucas Lagos.
-¿Que te traigo?-contestó cordialmente “el largo” como era su estilo.
- Una entrañita y si no dos choris pero que sean de puro cerdo ¡eh!
-ahh bueno puro cerdo quiere.
-¿Escuchaste Pablo? A continuación miró y guiñó un ojo a Pablito que siempre estaba dispuesto a hacerle la segunda cada vez que el largo lo necesitara. También pasaba a la inversa. Eran equipo y la verdad que con un par más de estas almas luchadoras recuperamos las Malvinas.
-Na na na. Voy a hacer de cuenta que no escuche nada. Dijo Pablo que no era Senna sino Sambueza.
-Sabían que esas risas a Lucas y otros también, los ponía con los pelos de punta. Eso potenciaba aún más a los aliados.
Abre la puerta nube negra para anunciar que en un breve lapso de tiempo estaría lista la comida. Largo ya tenía lista la mesa pero algo cortaría el buen clima de la Subgerencia y del viernes en particular.
-¿Que paso? Preguntó Martín Mendez. Este nunca se enteraba de nada, se tomaba su cafecito en silencio y atajaba como podía las demandas que desde la Gerencia de Retiro le llegaban vía correo electrónico. Esta vez hasta él se daría cuenta de que algo había pasado.
- No se muy bien pero creo que le faltó algo a Lucas Lagos de su escritorio -contestó Troncoso sin sacar la vista del monitor, como restandole importancia a la cuestión.
Hasta acá el único que sabía era Don Carlos Sucarelli  (su jefe directo, coordinador de vías) porque Lucas inmediatamente fue a contarle.
Este, a su vez y sin mediar pregunta ni gesto alguno, fue directo y sin escala a contarle al mandamás de la Subgerencia.
-Permiso Roberto, ¿tiene un minuto? -dijo Carlos.
Depende -contestó. Depende si está o no la comida.
Carlos sonrió sólo un instante, el que le llevó llegar a sentarse en la silla ubicada frente al escritorio de su jefe.
-Ud. me conoce y sabe que jamás me voy a meter en chusmerios de ningún tipo pero amerita que sepa algo que pasó.
-Ehh que pasó ahora, no me asustes -contestó el negro que a esta altura estaba más negro.
-Resulta que ayer Lucas se olvidó…
- Que Lucas -lo interrumpió el negro.
-Lagos, resulta que se olvidó la billetera y detectó que por la tarde le hicieron muchos gastos con su tarjeta de crédito. -Refirió de continuado Don Carlos.
-Pero ¿hizo la denuncia de robo?
-No eso es lo más extraño, la tarjeta está en su billetera, justo donde la dejó.-Contestó desconcertado Carlos.
-Y pero ¿que compraron? ¿Dónde? Prosiguió Roberto.
-Lo que pudo ver del resumen digital es que gastaron algo de 5200 pesos en lo que aparenta ser una veterinaria, 1300 pesos en combustible, la que está acá derecho sobre San Martín, y 1200 en ropa de mujer.
Y como sabes que es de mujer -interpelo Roberto “el negro” Tesina.
-Porque el local se llama “Divina total” -contestó Carlos que tenía el historial de gastos impreso.
-Ahh, haber pasame. El negro se puso a mirar con sus lentes apoyados sobre la punta de su nariz. Leyó todos los items, lo único que halló, además de que todas las compras de ese día fueron efectivamente en Santos Lugares, es que el local de ropa femenina también figuraba por una compra hecha poco más de un mes atrás, 29 de abril para ser precisos.
-Esto es una culebrilla mexicana -dijo el negro -Vamos a comer, déjame pensar.
Roberto siempre dice que él, antes que ingeniero es ingenioso, y es a lo que necesita ahora apelar para esclarecer este robo de guante blanco o un autorrobo porque no. Todas las hipótesis deben ser analizadas y en su caso descartadas con total seriedad.

*          *          *

(Haber que tenemos acá) pensaba el negro, mientras hacia la sobremesa anotaba horarios de ingreso y egreso de sus dependientes. seguía punteando datos de color, pensaba y pensaba. Tomaba un sorbo de café y se decía, si acá hay un vivo ese soy yo. Como que me llamo Roberto que lo voy a encontrar. Para nutrirse de tal información necesitaría a su más leal de los soldados. El incomparable y siempre bien predispuesto “largo”. Este además tiene códigos, y con la verdad, el tiene un compromiso especial. 
-Pasa largo, entre los dos vamos a esclarecer esto. ¿Ya estás al tanto?
-No, no se quien fue. -contestó el largo
-Bueno es lo que tenemos que averiguar pero sin que nadie se sienta perseguido.
-Pudo haber sido cualquiera, y sospechosos, de movida somos todos. Dijo “el largo”
-Ehh ¿todos? ¿Para tanto?
-Si si incluso pudo haber habido algún tipo de complicidad entre dos o más personas. -Confabulaba el fiel empleado.
Haber contame que sabes -prosiguió el negro.
-Permiso. Dijo y se sentó.
-Empecemos. Estrella ese día se retiró antes, bien podría haber hecho el Raid comercial pero es raro el tema del combustible y los insumos de veterinaria por semejante monto. De todas formas como haría para dejar en el mismo lugar la tarjeta si es que no volvió a la oficina hasta una vez explotado la incógnita. Podría haberse valido de un tercero. Sería muy raro, jamás faltó nada desde que esta acá.
Dalma, yyy ella es una excelente persona dicho hasta por Gustavo Scruffa que no quiere a nadie. Es verdad que junto a nube negra son los últimos que se fueron. Ella es de acá del barrio. Pero si se fue de compras ¿quien había limpiado las oficinas? Ella valora mucho su trabajo como para llevar a cabo tan arriesgada maniobra.
Pablo Senna, sospechosamente estaba en Santos Lugares después del trabajo y hasta las 19hs, precisamente hasta el especial de 19.04 (Rápido a Retiro) Conoce el barrio como la palma de su mano, y si bien no cargaba más que su mochila bien podría haber dejado las compras en lo de su mamá. Pablo hace 8 años que trabaja en la Subgerencia jamás tuvo una queja de nadie.
Nube negra, estaba en el ojo de la tormenta, no sólo por ser el último que se fuera de la oficina sino porque siempre es más fácil agarrarsela con el más débil. El hilo siempre se corta por lo más delgado. Además tenía vedado el acceso a las oficinas, ya que su puesto laboral radica justo en la entrada de la cochera, sólo podía hasta la cocina.
El mismo Lucas Lagos podría haberse hecho un autorobo, sería medio raro bien al límite del cinismo y la demencia pero por el momento, al igual que el resto era también sospechoso.



*          *          *

-Que se yo puede haber sido cualquiera, hay que reconocer que la hicieron bien Roberto -dijo “el largo”
-Si inclusive vos -refuto Roberto. Alguien te pudo haber dado la tarjeta a vos para que la guardes en el mismo lugar que estaba. Eso te colocaría en una situación de complicidad, de partícipe necesario.
Que se yo.
-O Usted, que tiene el criadero de perros, su mujer ayer cumplió años y a su camioneta le entra en el tanque ese monto de gasoil. -Contesto "el largo".
-El negro solo atino a reirse, luego solo dijo: Todo puede ser... Al final este este lugar de santo no tiene nada...



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