Por vez primera una carrera no era una competencia, ni contra mí ni contra nadie. Solo era un entrenamiento más. No habría tiempos oficiales, no estaría la rigurosidad de los horarios de partida ni siquiera los nervios de la largada. Por el contrario todo era calma, distracción, relax y un buen clima dominguero para compartir un lindo momento con quien ya, a esta altura, pasamos varias horas de entrenamiento. A todo eso hay que sumarle un inmejorable sol radiante y la grata sensación de correr y ayudar, en este caso la carrera era a beneficio de la cooperadora del Hospital de Niños Sor Maria Ludovica.
El circuito era harto conocido, quien viva en La Plata y le guste el deporte de seguro ha corrido alguna vez por el bosque platense. En cuanto a la organización, se valora el esfuerzo realizado aunque habrá oportunidad en el futuro de seguir mejorando algunas cuestiones como lo son la inscripción, el pago previo y entrega de la dorsal. Ni hablar al finalizar que todo se volvió un poco confuso.
La distancia esta vez seria de 8.5km, lo que representa unas tres vueltas en 8 al bosque, con algún grado de pendiente por partes lo que hizo un poco mas cuesta arriba, literalmente.
En mi caso me quedó un gustito agridulce de no haber cumplido la indicación del profe, de ir de menor a mayor –arrancar más lento e ir aumentando la velocidad- atento pasaban los km.
Hice exactamente todo al revés, tuve unos muy buenos primeros km (4.06 y 4.09 m x km), hasta que Ezequiel Kelis a buena hora, de afuera me gritó, dejalo ir a Agustín quien sí lograría mantener ese buen ritmo. Fue aliviador escuchar eso, ni dude en hacerlo pues luego de eso aminore mi marcha y fui encontrando el ritmo que me sentaba mas cómodo, creo que recién ahí empecé a disfrutar la primer carrera del año. Esto también se entrena y yo en esa línea debo crecer. A veces es difícil correr y regular el esfuerzo sabiendo que podría uno ir más rápido. Pero bueno, esta como otras tantas cuestiones tendré que mejorar de cara a #MisPrimeros42KM que comienzo a preparar para el mes de Octubre.
En fin, me quedo con un domingo compartido con la familia, presente en el bosque, con el almuerzo compartido con el grupo de entrenamiento #EliteRunningTeam, pero sobre todo con todo lo que viene en este 2016 colmado de metas por atravesar.
Por vez primera una carrera no era una competencia, ni contra mí ni contra nadie. Solo era un entrenamiento más. No habría tiempos oficiales, no estaría la rigurosidad de los horarios de partida ni siquiera los nervios de la largada. Por el contrario todo era calma, distracción, relax y un buen clima dominguero para compartir un lindo momento con quien ya, a esta altura, pasamos varias horas de entrenamiento. A todo eso hay que sumarle un inmejorable sol radiante y la grata sensación de correr y ayudar, en este caso la carrera era a beneficio de la cooperadora del Hospital de Niños Sor Maria Ludovica.
El circuito era harto conocido, quien viva en La Plata y le guste el deporte de seguro ha corrido alguna vez por el bosque platense. En cuanto a la organización, se valora el esfuerzo realizado aunque habrá oportunidad en el futuro de seguir mejorando algunas cuestiones como lo son la inscripción, el pago previo y entrega de la dorsal. Ni hablar al finalizar que todo se volvió un poco confuso.
La distancia esta vez seria de 8.5km, lo que representa unas tres vueltas en 8 al bosque, con algún grado de pendiente por partes lo que hizo un poco mas cuesta arriba, literalmente.
En mi caso me quedó un gustito agridulce de no haber cumplido la indicación del profe, de ir de menor a mayor –arrancar más lento e ir aumentando la velocidad- atento pasaban los km. 
Comentarios
Publicar un comentario