Sueño Mundialista

La imprevisibilidad del destino, a veces nos da cartas inmejorables, y en esta mano me tenía guardadas unas muy buenas. Ya iniciado el Mundial de fútbol en nuestro vecino país de Brasil surgió casi sin pensarlo la posibilidad de viajar a Porto Alegre donde el seleccionado argentino jugaría el tercer partido de la primera fase contra Nigeria. En auto, km y km nos separaban de la hazaña, pero hasta allá te queremos Argentina, esas grandes distancias geográficas no lo impedirían.

Momentos antes de arrancar se desprendían de mi ser palabras muy sentidas que pintan de cuerpo entero la significación de este viaje, el recuerdo de mi querido viejo, a compartir, ni más ni menos con dos hermanos, uno del alma y el otro biológico y que en honor a la brevedad a esas líneas allí me remito:  “…No es un día cualquiera, hoy 20 de junio se cumplen 2 años de tu partida terrenal viejo querido, día de la bandera además, de tu bandera, esa que tanto cuidadas, la que tempranito cada feriado colgabas en la ventana de casa. Esa que te hacía sentir orgulloso de ser argentino, la celeste y blanca que defendiste siempre ante ataques de cipayos y ajenos. Porque nuestro sueño compartido era enarbolar esta misma bandera en un mundial, viejo estas con nosotros, en Brasil ni más ni menos. Hoy más que nunca TE SENTIMOS CERCA! ...”
Tras 17 horas de viaje arribamos a la ciudad de Porto Alegre en Rio Grande do Sul, una ciudad muy hermosa, de flora muy tupida, geográficamente presenta algunos cerros enbelleciendo aun mas la urbe, que sobrepasa largamente el millón de habitantes, pero más hermosa la hace su gente que con su hospitalidad han brindado a todos los visitantes la mejor estadía, ni que hablar con lo acontecido puntualmente con nosotros ya que eso merece párrafo aparte.
Francisco y Stefany geólogos ambos, utópicos, militantes de un mundo mejor, bien intencionados con un fuerte sentimiento de unión latinoamericana, descontracturados como el resto de los brasileros, dos magnificas personas que la vida cruzo en nuestros caminos y que sin duda es el comienzo de una relación que a pesar de las distancias seguiremos profundizando. Largas charlas, pasando por el fútbol, la música, educación, salud y política hacían sacar el máximo jugo posible a la luz de un intercambio que no tendría desperdicio alguno, sin duda a mi humilde criterio lo más positivo del viaje. La tele lógicamente en portugués, las palabras cruzadas con Stefany, las comidas de allá y también las recetas que desde acá llevamos a su mesa, aromas, sabores y conocimientos en general hoy forman parte de nuestras experiencias y eso solo se lo debemos a esta pareja que con gran alegría y dedicación tan bien nos ha recibido. Ellos colaboraron a que uno pueda arribar a conclusiones sobre el Ser brasilero, acertadas o no, pues son personales y por cuanto no dejan de ser solo puntos de vista y con los pocos elementos que uno puede adquirir en solo cinco días. Antes que nada es el ciudadano Brasilero muy alegre y colorido además de un tanto sumiso, apolítico y esto ha de tener que ver con sus propios orígenes y sus raíces portuguesas. Observaba que ya en su propia bandera expresa “orden y progreso”, para que haya orden es necesario dotar al estado de las suficientes potestades para velar por ese mentado orden a cambio del “progreso”.
Esto mismo, se percibe, se tiene internalizado, por cuanto es de defender el status quo, difícilmente luche por la reivindicación de sus derechos,  aumentando su nivel de tolerancia frente a los arrebatos del poder político pero fundamentalmente (aunque aun no lo hayan visto aun) el poderío económico privado, que al igual que acá, cobra más fuerza aun cuando se concentra en el poder mediático ya que actúa como formadores de opinión, marcando la agenda política, desinformando muchas veces a la gente.
Párrafo aparte merece el tema seguridad-inseguridad, no ajeno en nuestra querida Argentina, allá creo, en un estadio más elevado pues el nivel de psicosis instalado al menos para mí, fue inimaginado. Rejas, reflectores que se encienden con el paso, cámaras y hasta cercos de electricidad, solo para cuidar bienes materiales. Acaso alguien puede pensar que el problema de fondo se puede solucionar con cercos de electricidad? Tanto allá como acá como en cualquier lugar del mundo el problema de la pobreza, la exclusión y las necesidades, osea la vulneración de los derechos básicos más elementales no tiene que ver con eso. Porque alguien saldría a robar o tomar algo que no es suyo si tuvo derecho (o acceso) a la educación, a la salud, a una familia que los contenga, en general a una vida con dignidad o una igualdad de oportunidades? Si esos derechos más elementales no son reconocidos desde el momento mismo de nacer desde que cada persona es un niño después con el paso del tiempo son ellos mismos quienes nos acorralan en nuestras casas cada tarde al caer el sol. Es ese, a mi entender el foco de la discusión y no la mano dura contra los “delincuentes”.

Otra de las cuestiones que se robaron mis pensamientos fue un cierto sentimiento de postergación y/o exclusión de los habitantes del sur brasilero con respecto al resto del país, muchas pueden ser las razones de tales reacciones y la primera que se me viene a la cabeza es las grandes distancias geográficas que separan al Estado de Rio Grande do Sul con los estados más poderosos. Por otro lado densidad poblacional de unos y otros, ese olvido de la clase política con el pasar de los años ha producido ese desencanto que si bien existe no termina de aflorar. Algunos sin tapujos directamente serian partidarios de una visión separatista, otros con más criterio hablan de una descentralización política y económica que coloque a los dirigentes políticos más cerca de la gente y sus problemas. Culturalmente toda esta zona tiene más que ver con el resto de nuestra América Latina, ya que por su proximidad con Uruguay y Argentina hace pasible otro tipo de intercambio que favorecen, a buena hora, la integración deseada, al menos para quien suscribe. Cada país, cada pueblo tiene sus tiempos, sus procesos, su propia historia y la sensación que uno se trae es que cuando Brasil abra los ojos y se plante ante el imperialismo y ponga su mirada al sur conjuntamente a Venezuela, Ecuador, Bolivia, Uruguay y Argentina, solo con su fuerza tractiva cambiara de una vez y para siempre la realidad latinoamericana, poniendo fin a esas economías extractivas o de abastecimiento de materia prima (o poco valor agregado) que tanto daño nos han hecho a lo largo de la historia comenzando por el Tratado de Tordesillas. Estas tierras no eran ni de unos ni de otros, los Europeos no descubrieron nada, pues ya existíamos y tan bien que vivíamos en esos tiempos. Esas son las raíces a recuperar y a través de leves vestigios se percibe allí  la cultura guaraní de nuestros antepasados.
Llego el momento de nuestro primer partido en Porto Alegre, el mismo seria disputado en Belo Horizonte contra Iran y nosotros lo veríamos en el Fifa Fan Fest, una verdadera fiesta compartida con un grupo importante de argentinos que desde ahí y durante toda la semana no pararían de llegar al “sul gausho”. Así comenzaba nuestro sueño mundialista, que el hecho de estar ahí respirando futbol ya lo justificaba todo y eso que aun quedaba por delante el grueso de los días. Es verdad, ese primer día sería muy aguerrido, ya que después del partido fuimos hacia ciudad baixa, donde se concentraban una gran cantidad de bares y restaurant para cobijar a la gran cantidad de hinchas de todo el mundo que caminaban por tierra gausha… Nosotros a fuerza de ser sinceros terminamos abatidos, la promo 3 cervezas por 12 reales harían lo propio, jeje.

Raro mundial, futbolísticamente hablando, el que tuvimos la suerte de presenciar en parte, Siamo Fuori de la Copa para Italia, España último campeón pronto pego la vuelta para recibir al nuevo Rey, Cristiano Ronaldo y compañía podría cruzarse con Inglaterra, pero en el aeropuerto, jeje. (England go home). Ni a Brasil ni a Argentina les sobra nada de nada, aunque con justicia van logrando vencer a los seleccionados que se paran enfrente pero claro que traspirando la camiseta pues ya nada es como antes (salvo México y su fantasma de los octavos).
A mitad de la estadía, los días fueron lluviosos y aunque complico el itinerario trazado para conocer lugares, complaciente fueron las charlas que antes mencionaba, nada más alejado que lamentar las condiciones climáticas por el contrario se agradece. Por internet buscábamos entradas para el esperado partido contra Nigeria, abultadas cifras eran las que se pedían por los tickets, por lo que optamos por ir directamente a la Fan Fest, pero ahora con muchas más personas, se estima que en total unas 135.000 personas fuimos a Porto Alegre por mucho más que futbol, fuimos a hacer patria, a mostrarle al mundo lo orgullosos que estamos de ser argentinos, de vestir estos colores, de hacerles sentir de cerca  a esos 23 leones que hay un país que los apoya y los acompaña hasta donde sea que lleguen…
Ese día Messi nos salvaría, nuevamente y la alegría albiceleste “no tem fin”, a continuación unas líneas que expresaban ese sentimiento de gratitud con nuestro ídolo: “…Inmessionante, Palabra recientemente admitida por la real academia española como adjetivo calificativo en referencia a algo superlativo, fuera de lo común, único en su especie, de condiciones inimaginables.
A fuerza de ser sincero creía a dicha palabra como inapropiada pero haber vivido desde la Copa do Mundo el momento en que el astro argentino convirtiera un golazo cuando el tiempo había excedido ya los 90, sacando pasajes a octavos para 40 millones de argentinos me hizo cambiar de opinión.
Fueron una conjunción de factores los que nos llevaron a la victoria, uno elige en que creer y para mi fueron además de las inmejorables aunque intermitentes condiciones físicas y técnicas de nuestro ídolo, también el aliento constante de cada argentino perdido por el mundo, en cada pueblito del interior, con amigos, familiares, en el trabajo o solo por cábala, por nuestra historia futbolística, por los que marcaron el camino. Por los que están y los que desde el cielo hacen lo suyo…”
Esto fue, someramente algunas de las cosas con las que me quedo de un sueño cumplido, sabiendo que no alcanzan las palabras, las imágenes, los videos sino solo la vivencia, el haber estado ahí, el poder contarle pronto a Simón que papá estuvo en el mundial de Brasil, que el tren paso por La Plata y tuve la fortuna de poder cargarme. Gracias gracias a todos los que me permitieron vivir estos momentos, a mis hermanos, a mis viejos, a los amigos de siempre, a mis nuevos amigos brasileros Fran y Stefi pero fundamentalmente a mi querida esposa por dejarme volar tan alto como los sueños ameritan.

Franco, 30/06/2014